Los malvados como Faraón, no tienen respeto a la Palabra de Dios. Cuando Moisés vino a Faraón, le dijo que el Señor le había hablado, y que Faraón debía dejar ir al pueblo de Israel para adorarle. ¿Cómo reaccionó Faraón? ¿Se humilló ante la Palabra del Señor? No, Faraón dudó de la Palabra del Señor: «¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel?» (Ex 5:2).