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Es sorprendente que hallemos el nombre de Jacob en Hebreos 11: «Por la fe Jacob, muriéndose, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose sobre el extremo de su vara» (Heb 11:21). ¿Y por qué lo es? Porque cuando vemos la vida de Jacob, no encontramos a un hombre que haya caminado perfectamente de acuerdo a la Ley. ¿Qué es lo que encontramos en Génesis 27? A un hombre que hizo hasta lo imposible por engañar a su padre, Isaac, con el fin de obtener la bendición.