
Como consecuencia de la persecución de Herodes, la iglesia cristiana fue dispersada. Cuando el número de creyentes de Antioquía creció, Bernabé fue enviado a predicar allí. Y, como la iglesia crecía muy rápido, Bernabé fue a buscar a Saulo, en Tarso, para que lo ayudara. Allí, en Antioquía, los discípulos fueron llamados por primera vez «cristianos».